Figuras en goce vertiginoso

Estas Figuras en goce vertiginoso son el efecto de una interpretación y están un paso delante del lector.
El prologuismo democrático no hace mayores distingos entre ese lector un paso atrás y el lector devuelto a la realidad de su pantalla después de la dinámica que entraña un libro tan extenso y vasto. Vasto no sólo temáticamente, vasto en el sentido de los territorios que ocupa, por lo que podríamos agregar: superficial.
Esa superficialidad es, por supuesto, engañosa, porque abarca y aprieta secciones distintas del saber psicoanalítico, de la narrativa y de la literatura en general. En cualquier caso, y para no perdernos los detalles, o para perdernos en ellos, basta seguir la pista quijotesca de la autora cuando inocula o instila intuiciones y certezas de su campo “el psicoanálisis” a materias tan resistentes como resistidas (Freud que aprende el español para leer a Cervantes) y que terminan trazando un sendero flotante que va de La Mancha a la ciudad ausente, y que termina, además, siendo esa desviación necesaria para la trama que la autora señala y asimila…