La adicción al juego. ¿No va más…?
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SEGUNDA EDICIÓN, AMPLIADA
Las autoras, como resultado de un extenso recorrido por esta patología, desde una posición teórico-clínica proveniente del psicoanálisis, refutan la imagen del jugador compulsivo como la de un vicioso empedernido, arrojando luz sobre lo empedernido del impulso. Allí donde se revela de un modo dramático que hay un siempre ir por más y no parar hasta perderlo todo, la recuperación del jugador tiene que ligarse -en transferencia-, a la construcción del límite, de las diferencias y de un Otro que sepa alojarlo sin aplastar su deseo. El tratamiento para esta patología requiere de un abordaje institucional, donde se cuente con dispositivos múltiples y flexibilidad para ajustarlo a las posibilidades del paciente y su familia. El mútiple abordaje permite no solo trabajar desde diferentes ángulos incluyendo a los otros (familiares y compañeros de grupo), sino trabajar en equipo con los profesionales, quienes se enriquecen y se alivian con el aporte de los colegas intervinientes.
El abordaje es múltiple pero la dirección de la cura está unificada en la estrategia de la institución.
Los profesionales requieren de un compromiso y una convicción de que el jugador puede recuperarse y de una disposición a sostenerlo, pero también se precisa de un jugador decidido a intentar una apuesta distinta, para hacerle frente a un goce autoerótico y devastador. La apuesta del tratamiento consiste en recuperar un saber acerca de sus modos repetir inconscientemente (saber que busca desmentir en forma empedernida) y lograr sustituir, metaforizar y atravezar los duelos que no pudo realizar.