La culpa fraterna
La influencia del destino de los hermanos en el desarrollo del individuo. Estudio psicoanalítico
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La autora se ocupa de un tipo especial de culpa, la culpa fraterna, aquella que se siente hacia los hermanos en tanto los hemos atacado, en la fantasía, empujados por la envidia, los celos y la rivalidad. Pero especialmente aquella culpa que se experimenta hacia el hermano cuyo destino ha sido aciago: fue infeliz, fracasó, enfermó, murió prematuramente. Se distingue, especialmente, la culpa fraterna de la culpa ante cualquier semejante, y de la culpa edípica. ¿Porqué esta culpa es de una calidad diferente, más complicada y de efectos devastadores para la propia persona? La autora explica que tiene que ver con la simetría. Es como si una ley estableciera que todos los miembros de la fratría, hijos de la misma pareja, salidos del mismo vientre, criados en un único medio familiar –aunque sabemos cuántas diferencias existen–, tuvieran que tener idéntico destino, iguales oportunidades y paridad en todos los aspectos de la existencia. Esto casi nunca es así, o nunca. Pero cuando las diferencias son muy ostensibles, el hermano ‘privilegiado’ siente que sus fantasías agresivas se han efectivizado: que ha matado, robado, quitado, arruinado al hermano y la consecuente culpa lo llevará a limitar su desarrollo de una y mil maneras.